Memorias de una bruja


*Respeten derechos de autor. Gracias

Capitulo 3

Mi nombre, mi guardián y un encuentro imposible


La clase terminó y el profesor mientras chirriaba los dientes y gruñía para sus adentros; salió a gran velocidad sin atender a los papeles que caían de su carpeta al suelo.

-¡Aún faltan diez minutos!-rió un chico de la primera fila burlón.

-A callar-ordenó Mary, y como si se tratase de un niño de tres años guardó silencio por su querida ídolo, seguido de todo el sector masculino de la clase.

-Voy al baño-avisé. Se lo que todos los hombres piensan sobre como las chicas van en grupo a los baños, sin embargo sigue siendo un buen lugar donde hablar tranquilamente y donde no te vas a encontrar rodeado por media escuela. Sí, ‘cosas de chicas’.

Salimos las cuatro de la clase a los pasillos aún desérticos mientras el resto gritaba y juagaba entre los pupitres, entramos al lavabo y Mary se dirigió directamente a los espejos para retocarse el maquillaje.

-No ha estado mal, ¿eh?-dijo mientras se ponía más brillo en los labios. Anna se encontraba a mi lado con una gran sonrisa.

-Muchas gracias. Han sido los minutos más largos de mi vida.

-No ha sido nada-lo dije con una sonrisa y con un gesto de mis manos las congelé a las dos. Miré si había alguien más cerca y por fin me dirigí a Ari- ¿Qué crees que estás haciendo? ¡Casi me pegas un susto de muerte!

-No exageres-dijo ella mientras sus pies se hundían en el suelo como si este fuera un charco-no tardé tanto como creía. Pero lo más importante es que ya tengo a tu guardián-sus ojos brillaron de emoción y me miraron con expectación.

-Después-dije, su cara mostró una mueca de decepción-aún me queda una clase.

-Entonces te esperaré.

-Ni lo sueñes-ya me podía imaginar cómo pasaría la siguiente clase, ella dando saltitos y hablándome y yo teniendo que atender a dos cosas a la vez sin que nadie se diera cuenta. Podría sonar divertido, pero no es algo que recomiendo a ninguna bruja-vete a casa.

-Me quiero quedar-cruzó los brazos con resolución-me aburro sin ti.

-Yarina vete a casa-sabía que era jugar sucio, sin embargo cuando estoy enfadada suelo pasarme un poco. Sus ojos se abrieron sorprendidos y suspiró dejando que su cuerpo se hundiera en el suelo y así desapareciendo.

El timbre sonó sobresaltándome y mi poder se desactivó dejando libres a las dos chicas que se miraron sorprendidas por lo poco que les había durado aquel descanso.

-Hora de ir a clase-dije yo algo nerviosa, ninguna sospechó y caminaron con desgano de vuelta. Yo las seguí no muy segura de si querer que las clases acabaran o no, en casa habría pelea seguro.

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-Ya te he dicho que lo siento-repetí por quinta vez.

-Y yo que no te perdono-dijo Ari.

-Sabes que tenía una buena razón para hacerlo-traté de explicarle porque no se podía quedar conmigo cuando me iba a clase pero era como hablar con una pared.

-Mi venganza será terrible-su voz teatral no convencía demasiado.

-Muy bien, lo que tu digas-darle la razón a alguien aunque no la tenga, a veces (y solo a veces) es una buena idea-¿no tenías algo que enseñarme?

Nos encontrábamos en mi cuarto, las dos solas por lo menos hasta las ocho de la tarde, cuando llegaría Rick del trabajo.

-¿No vas a intentar adivinar qué es?-levanté una ceja en respuesta, ya me veía con una lagartija entre las manos.

Se dio la vuelta y sacó de debajo de mi cama una cajita negra de incrustaciones en plata con inscripciones que parecían en chino. Me tendió una llave tan increíble como el objeto anterior, completamente plateada, que colgaba de una cadena a juego.

-Este es un cofre mágico-dijo con emoción mientras con el mayor cuidado del mundo lo depositaba en el suelo alfombrado-ábrelo-me animó.

Miré la llave que brillaba por sí sola, su tamaño era bastante grande, tanto que parecía no tener proporción con el cofre. Le dediqué otros segundos a la cerradura, que ocupaba prácticamente todo el lado en el que se encontraba, por fin introduje la llave con sumo cuidado y esta se deslizó con suavidad cuando la hice girar y un agudo sonido indicó que estaba abierta.

Retiré la llave algo nerviosa, ¿qué me había traído Ari? En aquella caja no debía haber espacio suficiente para algún animal grande, apenas entraría un conejo a presión (perdón por la comparación). Quité la tapa con las dos manos, siempre con cuidado y miré dentro donde se veía como un pozo sin fondo: todo negro.

-¿Ari?-pregunté. Ella solo sonrió pero mi llamada había despertado al ser que había dentro. ¿Qué cómo lo sabía si todo estaba negro? Sus ojos, verdes como la fresca hierba y rasgados me miraron desde el fondo.

¿Un gato recién nacido? Sí, podría entrar en la caja. El animal salió permitiéndome ver de qué se trataba… y no era nada de lo que yo hubiera podido imaginar.

Su cuerpo de un azul eléctrico y alagado se movía serpenteante pero con gracia, sus escamas brillaban ante la luz del sol que provenía de mi ventana.

Era un dragón

Como me había quedado muda por el asombroso descubrimiento Ari decidió hablar satisfecha de su elección-Es un dragón de bolsillo-el nombrado me olisqueó como si de un perro se tratara-sabía de una persona que no podía seguir cuidándolo por más tiempo así que, ¡Aquí está!

¡Claro! Así de fácil, sencillo… para toda la familia-Estás completamente loca-ella me hizo pucheros.

-¿No te gusta?-ajeno a la conversación el dragón continuaba su crítica sobre mí, comenzó a frotar su lomo contra mi mano derecha aún apoyada en el cofre.

-Sabes perfectamente que no es eso-le regañé-Si fuera otro animal podría convencer a Rick de quedárnoslo pero no puedo decirle que quiero un dragón de mascota, además, ¿qué come? ¿No se hará más grande, verdad?

-No es para tanto, puedes darle de comer de todo, es de tamaño portátil y puede transformarse en materia inorgánica-así dicho sonaba tan científico…

-¿Eh?

-Se transforma en objeto-me tradujo

-Bien, de acuerdo-seguía sin estar muy convencida pero el pequeño animal empezaba ya a enroscarse en mi cuello y frotaba la cabeza con deleite en mi mejilla.

-Escribe-me ordeno Ari. Y así lo hice, una página fue dedicada a él (sí, es chico al parecer, aunque sigo sin saber diferenciarlos).

-Aquí nuestro amigo es de tipo viento y agua-dijo Ari agarrando al dragón mientras este trataba de morderla para que le soltara-por supuesto nunca hubiera elegido uno de fuego, y nunca podré encontrar uno de tierra.

-De acuerdo, ya tengo a mi guardián-dije suspirando mientras volvía a recoger al pequeño entre mis manos para su regocijo, porque sí, me había encariñado con él-otro secreto más que guardar.

-Me tienes a mí para compartirlo- Ari me sonrió, no fue una de esas sonrisas burlonas u orgullosas, fue una sincera como amiga y sentí que, aun habiendo pasado las cosas de ese modo, podía confiar en ella. Siempre he sido una persona que, aunque parezca racional y sensata soy muy emocional e instintiva y suelo hacer las cosas de un modo completamente distinto a los demás.

-Lo sé

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Estaba ya algo cansada, había conseguido recopilar todo lo que necesitaba para mi ‘nombramiento’, por llamarlo de algún modo.

-Bien, muéstramelos-dijo Ari nerviosa mientras limpiábamos el desván.

Para mi ceremonia necesitaba sitio suficiente además de tiempo y preparación, el desván no era en realidad muy grande y servía solo de trastero, el único lugar para llegar a él estaba en el pasillo que comunicaba mi cuarto y el de Rick, justo en el techo había una trampilla que al tirar de ella aparecía una escalera.

El desván estaba sucio y nos había llevado tres días enteros ordenarlo y limpiarlo a fondo. El techo inclinado no dejaba demasiada altura, la zona más alta, central, me dejaba estar completamente de pie, no obstante el techo llegaba a ser tan bajo que tenía que ir de cuclillas.

-Respira-le aconsejé mientras cogía la caja de cartón y le enseñaba el interior-aquí los tienes.

-Bien, mañana es el día-dijo mientras su sonrisa nerviosa y su constante frotar de manos le hacía parecer un ‘hombre de negocios’-y aún no hemos hecho todo lo que deberíamos.

-Ya te dije que ayer era imposible-había tenido un día ajetreado gracias a mi profesor preferido (sí, habéis acertado, el de biología) y no me había dado tiempo a conseguir todo antes-agradece que encontrara esa rosa.

-¿Dónde la conseguiste?-la curiosidad de Ari no tenía fin.

-Me la encontré en mi cuarto-había aparecido sin más sobre mi escritorio junto al lazo amarillo.

-¿Un admirador?-sugirió

-Si es así no quiero saber cómo entró a mi cuarto-que alguien entre en tu cuarto sin que tú misma lo sepas no es una de las mejores experiencias que haya tenido, no se lo recomiendo a nadie.

-Tienes razón-convino ella-pero no tenemos tiempo para eso, tienes que cortar las manzanas por la mitad y poner una hoja de laurel tapando su corazón, haz un círculo con ellas rodeando la casa para formar una barrera contra el mal.

-Menos mal que nadie me va a ver-murmuré mientras me dirigía a cortar unas diez manzanas y a regarlas como si fueran semillas en un campo de cultivo.

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-Y ahora qué-dije mientras me sentaba en el sofá al mismo tiempo que cogía a Tazz y jugaba con él. Ya había realizado el pacto con el dragón y había obtenido su nombre, el ritual había sido tan sencillo como cuando obtuve mi marca, en realidad una bruja no elige deliberadamente a su guardián, este también tiene que elegirte… así que supongo que podríamos llamarlo un pacto equivalente.

Ahora Tazz (al igual que Ari ese no era su nombre real) era capaz de saber lo que sentía debido a un intercambio de energía mágica que hicimos. Para seros sincera, incluso habiéndomelo explicado mil veces sigo sin entender como lo hice exactamente.

-Quedan dos horas para las 12, prepárate mientras nosotros encendemos y colocamos las velas-ordenó la sirena.

Asentí con la cabeza mientras entregaba a Tazz que se revolvió quejándose hasta colocarse en una posición rígida e incómoda entre las manos húmedas de Ari.

No os equivoquéis, si estáis pensando que esos dos se llevan mal o se ‘repelen’, es simple y llanamente que un guardián adora a la persona a la que debe proteger. Por ello Tazz se encontraba conmigo las 24 horas del día, yo le mimaba tanto que ya tenía su propia cama y un pequeño lugar en mi escritorio para cuando estudiaba, en clase se convertía en una pulsera que parecía de metal pero esmaltada en azul que ocultaba mi marca por completo.

Me dirigí a mi habitación y me arregle tal y como me había ordenado Ari: un vestido blanco con un broche de plata, alpargatas completamente naturales y en el pelo una diadema azul (por la rosa).

Subí tras unos minutos con cuidado y en silencio, mi padre veía la televisión en su cuarto con la puerta cerrada y desde el pasillo se escuchaba la película que aquella noche ponían. Subí despacio con una vela en mi mano y arriba me encontré con un círculo bien iluminado.

Cinco velas blancas se encontraban en un círculo perfecto sobre una pequeña mesa de roble de no mayor altura que mis rodillas, las comunicaban las ramas de romero creando una estrella de cinco puntas, en el centro de esta se encontraba la olla de Leprechaun. Ari me esperaba junto a Tazz, con la rosa y el lazo en las manos, con una de ellas me indicó que comenzara.

Primero encendí el incienso por los difuntos que aquella noche se iban a congregar, luego sujete la rosa entre mis manos y le até el lazo con cuidado. Mientras recitaba el conjuro dejé que uno de los extremos del lazo tocara la llama danzante de una de las velas y coloqué el conjunto en el interior de la olla.

La llama, al terminar el conjuro, creció y se volvió de un color azulado para apagarse dejándonos a todos con una menor percepción de nuestro entorno. No obstante notamos como el viento parecía congregarse en un lado del desván hasta que once puntos de neblina se observaron frente a mí tomando lentamente la forma de mujeres con diversos vestidos dependiendo de la época.

Una de ellas, joven y bella, con una sonrisa encabezó el comité, vestía una hermosa túnica blanca y su cabello oscuro increíblemente liso enmarcaba con un sencillo corte sus ojos azules-Bienvenida a la familia-me sorprendió su voz dulce e increíblemente conocida, aunque no estaba segura de donde-nosotras te aceptamos y te otorgamos tu nombre-se acercó a mí y me abrazó, no sentí nada extraño ni me estremecí al sentir la sensación incorpórea y cósmica, algo en mi comenzaba a despertar-tu nombre es --------------.

-¿Mamá?

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N/A: pueden haber cambios ^^

Memorias de una Bruja


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Capitulo 2

Aprendiendo

Mi nombre es Claire y vivo en un pequeño pueblo cerca, o tanto como se pueda a dos horas en coche, de una gran ciudad. Soy una estudiante media de dieciséis años que comienza su penúltimo curso en el instituto. De aspecto ordinario: media melena castaña increíblemente lisa, altura algo más baja de la media, de piel clara propia de (como dice Rick) una nativa del norte y, quizás lo único llamativo en mi: mi ojo derecho es de color miel… y el izquierdo es tan azul como el mar.

Soy una aprendiz de bruja desde hace ya tres años y aprendí de mi mentora todo lo que sé hasta ahora. Y esta es mi historia, todo comenzó cuando tenía trece años, junto a mi extraña tutora. Probablemente (o mejor dicho, seguro) cualquiera a quien les hubieran amenzazado con un cuchillo jamás la hubieran aceptado, todo lo contrario, la habrían evitado a toda costa o la habrían amenzado de tal manera que no hubiera una segunda posibilidad de encontrarse con ella. Ahora tratar de ver mi punto de vista, yo pertenecía a un mundo del cual solo podía conocer a través de libros y leyendas, ella era mi primer contacto con lo sobrenatural y acababa de darme la oportunidad de conocer y aprender todo lo que necesitaba. Incluso a costa de mi propia seguraridad la habría aceptado sin dudarlo. Solo quería que lo tuvierais en cuenta.

Ahora yo escribo mis recuerdos aquí, y si eres una bruja como yo es importante que atiendas a este recuerdo:

-Todos los nombres son importantes-explicó la sirena seria al día siguiente de nuestro… ‘encontronazo’-por eso, si te digo el mío, tendrás que guardarlo en secreto y no utilizarlo nunca para fines egoístas-su cara prácticamente nunca mostraba otra emoción que no fuera diversión, por ello me lo tomé en serio. El único problema al hablar con ella era… bueno, sus ojos me distraían. No sentía ningún sentimiento de desprecio ni asco o algo parecido, pero me era difícil deducir si me miraba a los ojos o estaba mirando a otra parte ¿Cómo lo sabes si no tiene pupilas? Yo solo podía deducirlo por el movimiento de su cabeza.

-Pero…-comencé con mis dudas nada más empezar, llevaba toda la noche despierta tratando de asimilar lo que me ocurría a cada momento-yo digo mi nombre a todo el mundo, ¿eso es malo?

Ella rió un poco-ese es tu nombre humano, los humanos son criaturas fáciles de usar por no creer en su poder-dijo como si fuera una burla-tu nombre de bruja, que es lo que eres, se te dará en la ceremonia-antes de que pudiera preguntar nada más dijo-Luego.

Se acercó un poco más a mí, temiendo que alguien pudiera oírnos, respiró hondo una vez preparándose para decirme su mayor secreto y, susurrando, pronunció su nombre: Yarina.

Por alguna razón, al decirlo, sentí que el aire a nuestro alrededor sufría una especie de turbulencia o cambio intenso al mismo tiempo que su voz resonaba en mi cabeza.

-Entonces te llamaré Ari-dije tranquilamente después de que llenara dos hojas de mi libro con el apartado de ‘Sirenas de Tierra’ mientras ella entrecerraba los ojos algo molesta-no puedo llamarte ‘sirena’ siempre-me defendí

-Haz lo que quieras-luego sonrió con burla-y te recuerdo que nadie excepto tú puede verme u oírme-no la comprendí bien, eso ya lo sabía, me lo había explicado. Suspiró ante mi inocencia y explicó-Tu padre en este momento debe creer que hablas sola.

Decir que me puse roja como un tomate sería poco. Cuando salí de mi habitación era incapaz de mirar a los ojos a mi padre. El día anterior no había sido capaz de explicarle porque había tantas cosas rotas o porque algunas habían desaparecido…

¿Y qué le iba a decir?

=> Rick, soy bruja pero incapaz de controlar mis poderes y sin ninguna idea del mundo al que pertenezco. Ayer una sirena me atacó e intentó asesinarme y de algún modo terminé siendo su alumna y ahora, con la promesa de que lograré controlar mis poderes, la ayudaré y seguiré.

A menos que quisiera visitar un psiquiátrico, no.

-Cada día te pareces más a tu madre-me dijo al verme. Él se encontraba sentado en el sofá viendo la televisión y me sonrió con nostalgia-ella también solía hablar sola.

Eso no me animó ni evitó que la sangre que me quedaba aún en el cuerpo subiera también a mi cara de la vergüenza-Lo que tu digas Rick-sus palabras no hacían otra cosa más que confirmar mis sospechas. Mi madre había sido bruja… eso, o estaba loca.

No obstante, entre Ari y el ‘diario-historias’ descubrí cosas increíbles de las cuales era capaz y que yo desconocía por completo. Así que mí querida lectora, si eres bruja estate muy atenta, porque esto es importante:

Toda bruja, para estar completa, como mínimo necesita tres cosas:


-¿Por qué entonces lo tengo yo en mi muñeca?-dije cuando Ari me explicó su importancia.

-Aunque no te lo creas es un lugar en el que pocos sospechan y con pulseras y cintas o incluso guantes lo puedes ocultar-dijo orgullosa de su idea-privilegios de la moda que los humanos poseéis en estos tiempos.

-Entonces la libélula es tu marca-dije mientras apuntaba todo lo que aprendía en mi libro como ella me había ordenado, la marca aparecía cuando obtenías a tu maestra-¿no podría haber elegido yo otra?-dije refiriéndome a las espirales.

-No se eligen, cada una es única y diferente-cogió el libro de entre mis manos, ambas estábamos en el suelo… bueno, ella nadando en él-son como las huellas dactilares-me devolvió el objeto con un asentimiento de aprobación por mi trabajo-no hay dos iguales en todo el mundo. Hay que tener cuidado, si te expones como bruja los demonios intentarán acabar contigo.

Volví a mirar la mía una vez más con un escalofrio recorriéndome la espalda. Bueno, era bonita ¿no creéis?

(NA: el hechizo es parte de uno de los de las ‘Embrujadas’)

-Espera-dije yo-si mi nombre me hará vulnerable, ¿para qué lo quiero?

-No es tanto para qué como porqué-dijo ella mientras cogía un cuaderno de un cajón y comenzaba a escribir, sin embargo contestó a mi pregunta-para hacer cualquier hechizo necesitas tu nombre junto a su significado…-hizo una pausa y me miró con gesto de burla-¿o preferirías que un demonio te obligara a hacer el ritual y ser su esclava para siempre?

Yo temblé ligeramente, el tema de los demonios era uno que seguía sin agradarme incluso sabiendo tan poco en aquel momento.

-Lo suponía-dijo mientras me mostraba lo apuntado en el papel-lo haremos en una semana, el sábado es Luna llena, nos protegerá, y dudo mucho que algún demonio se atreva a interferir-miró la lista una vez más-aunque hay que seguir una serie de pasos por si acaso.

No me agradó que alguien pudiera venir y utilizarme como a una marioneta, así que decidí que por tan locas que fueran las ideas apuntadas en aquel cuaderno, las seguiría. Miré, no sin miedo el papel y comencé a leerlo:


-¿Olla de Leprechaun?-dije incrédula-¿Dónde se consigue eso?

-Yo me encargo-dijo tranquila Ari.

-No es temporada de rosas-me quejé otra vez

-Pues tendrás que comprarla-iba a volver a rechistar pero ella se me adelantó-por muy cara que sea. Es importante cual elijes.

-Pues solo me falta el incienso y la rama de romero-volví a mirar el cuaderno-¿Qué es lo que hay que hacer con tanta antelación?

-Cada cosa a su tiempo-me respondió mientras guardaba todo tras un hueco de una estantería cercana a mi escritorio-y ahora prepárate, tienes que ir a clase.

Si supierais lo molesto que es ir a clase cuando te has pasado toda la noche en vela para satisfacer la curiosidad de una sirena, tenía menos ganas que un niño de tres años en su primer día de colegio.

Mientras me vestía recordaba como Ari me había acribillado preguntas y me había asegurado que no había sido su intención hacerme daño, simplemente pensó que era algún cazador o demonio.

-Lista-avisé mientras ella se levantaba de mi cama cuyas sábanas se habían convertido en agua y me seguía hacia la salida, no sin asegurarme antes de que mi dormitorio volvía a la normalidad, a la sólida normalidad.

Mientras caminaba hacia mi instituto por el camino de tierra montaña abajo comencé la conversación que a Ari tanto la aterrorizaba.

-Con respecto a mi guardián-comencé. Un guardián es la tercera cosa imprescindible para toda bruja:

-Ya te lo he dicho: ni gatos ni perros, y ni se te ocurra pensar en ninguna clase de pájaro-se enfadó un poco, odiaba a la mayoría de los animales.

-Pues no pienso tener un ratón-dije yo sintiendo que la molestia se me contagiaba

-¿Qué tal un reptil?

-¡Puaj!-mi cara de asco lo resolvía todo, no sentía muchos ánimos de tener una serpiente en mi casa.

-No pienses en conejos, es cierto que sirven, pero son unos cobardes. Y nada de mariposas o cualquier otro bicho, se les mata muy fácilmente-me avisó.

Habíamos llegado ya a una de las calles mayores y la gente comenzaba a mirarme mal por hablar sola así que se me ocurrió una idea. Metí la mano en mi mochila y rebusqué hasta encontrar mi móvil, estaba encendido y marcaba las 9.15, me lo coloqué en la oreja y guiñé un ojo a Ari.

-Bien pensado-me alabó

-Gracias.

-¡Espera! Ya sé que animal-sus ojos como la noche parecieron brillar.

-Reptil no-le imploré al teléfono.

-Este te gustará, nos vemos después de clases-y antes de que me pudiera quejar ya había desaparecido. Así que mientras rogaba para mis adentros que no me trajera una Boa o alguna lagartija entré en el gran edificio de ladrillos rojos mientras metía el móvil de nuevo en su sitio.

Para mi desesperación íbamos todos en uniforme, yo iba con la falda escocesa oscura, blusa blanca de manga corta y medias negras con sus zapatos de charol a juego. En ese mes de septiembre hacía aún bastante calor.

-¡Claire!-me giré con pocas ganas de mirar a quien me llamaba y traté de formar la sonrisa más convincente.

-Hola Mary, Anna-me paré para que me alcanzaran. La primera vino pegando saltitos con una sonrisa de autosuficiencia en la cara, con su cabello rubio en tirabuzones cuidadosamente recogido en un complicado peinado.

-Llegamos un poco tarde todas hoy, ¿eh?-se dirigió a Anna mientras hablaba, cerciorándose de que la seguía. Esta última era una chica tímida y, aunque suene mal decirlo, bastante fácil de manipular; su cabello ondulado por los hombros le daba ese aspecto de tener uno o dos años menos, su cara redondeada la hacía ver como una niña-Es que estuvimos en la peluquería y nos llevó más tiempo del que creíamos-continuó Mary a voz en grito tratando de que toda la escuela se enterara.

-No lo había notado-mi comentario dio sus frutos y aquel tic en el ojo apareció como cada vez que alguien la enfurecía.

Dejarme que os explique un poco la situación en mi colegio. Mary y yo somos amigas desde que me mude aquí, así que la conozco desde hace bastante, y Anna vino tres o cuatro años más tarde. Desde entonces se formó una guerra para ver quien lograba ‘hacerse con el control’ de Anna. Aunque suene mal debo admitir que es divertido hasta cierto punto, y a Mary también parece gustarle esos momentos en los que hay tiene que usar su intelecto y habilidades sociales hasta puntos insospechados como nadie suele lograrlo.

Yo siempre solía ser la que ganaba, aunque por supuesto había ocasiones en que no era el caso, pero desde que habíamos comenzado la ESO ella parecía ser la ganadora siempre. ¿Por qué? Os debéis de estar preguntando, bueno, para ser justos Mary es guapa, muy guapa, y las rubias suelen tener esa aura exótica que atrae a todos los chicos como las abejas a la miel. Y sus grandes esfuerzos por ir siempre a la última y cuidados junto al maquillaje ayudan bastante.

Así que tenía a todo el colegio bajo sus pies, ¡y solo estábamos en segundo!

Por supuesto ser su amiga (o rival) tenía sus puntos buenos, como la popularidad. Mis ojos eran, al igual que el cabello rubio, la piel blanca y los ojos grises de Mary, un imán del que solía sentirme orgullosa, aunque no me preocupaba por hacer ejercicio ni me esmeraba en verme guapa todos los días, ninguna de las tres éramos poco agraciadas. No obstante quedaba siempre claro quien era la que poséia el poder y a quien le importaba realmente su estatus social.

-¡Mary! Quedamos después de clases en la entrada-escuchamos a un chico mientras ya entrabamos en la clase.

-¿Tu nuevo novio?-pregunté aunque no sentía mucho interés, Mary cambiaba de chicos más rápido que cambiaba su vestuario.

-Sí, de cuarto-lo dijo orgullosa de sí misma, como si fuera todo un logro.

Como habéis podido apreciar, Anna no despegaba los labios más que cuando era estrictamente necesario. A mí no me importaba, sabía que era el tipo de chica que prefería escuchar y si se le alentaba te comentaba temas divertidos y aprendías sobre toda clase de cosas.

No obstante Mary no era así de paciente… así que la terminaba ignorando hasta que la escuchaba hablar de nuevo alagándola.

Las clases comenzaron, mi tutor se enfadó y exigió un pretexto que inventé sin sentirme culpable, algo así como ‘enferma durante toda la noche anterior y por la mañana no me podía levantar. Puede llamar a mi padre si lo desea’.

Y mientras la clase de matemáticas comenzaba con pocas esperanzas para los alumnos de sus futuras notas yo empecé a divagar la razón por la cual Ari había decidido ser mi maestra.

>>Por aburrimiento<<>

Sí, definitivamente había sido la manera más extraña de comenzar aquella amistad que luego surgiría.

Las clases fueron pasando hasta que llegó biología, el profesor era una de esas personas a las que odiabas en cuanto le oías hablar:

-Sus diminutos cerebros deberán tratar de absorber toda esta información científica imprescindible-me pregunté si había estado ensayando aquello para terminar de arruinarnos la mañana, miré la ventana distraídamente mientras pensaba en lo sucedido otra vez, sin dejar de darle vueltas- y la mejor forma es que os vaya preguntando uno a uno, que salgáis al frente y ante toda la clase compartáis la sabiduría que aprendéis.

Levanté una ceja ante la “gran” idea pero no me giré para mirarlo, si me tenía ya fichada ya se encargaría de sacarme.

-¡Usted!- miré para ver a quién señalaba, Anna, una mueca de disgusto apareció en mi cara al darme cuenta de que había escogido probablemente a la persona con el mayor miedo escénico de todo el instituto.

Una vez se puso al lado del profesor este sacó un esquema a la pizarra con un dibujo de lo que supuse que era una célula-Me gustaría saber cuánto saben del año pasado, ¿o se les habrá olvidado todo en el verano?-nadie le hizo caso así que prosiguió, señaló una parte del dibujo de aspecto deforme y del cual no teníamos ni idea de su existencia-¿Qué es esto?

Debieron pasar dos minutos en completo silencio en el cual Anna se pasó mirando lo que había señalado y el suelo, cuando Ari atravesó la pizarra y el esquema que había sobre él como si fuera agua.

Por supuesto, nadie se dio cuenta.

Me atraganté con mi propio aire y me quedé sin él por un momento atrayendo la atención de la clase hacia mí.

-¿Le ocurre algo señorita Claire?-la voz del esquelético profesor sonó disgustada y para nada interesada-Porque si no le ocurre nada me gustaría tratar de enseñar algo a esta cabeza hueca.

-No-negué algo apresurada a su pregunta y de algún modo logré sacar las fuerzas para mirar otra vez hacia adelante y no seguir con la mirada a la sirena que se acercaba a mí sin preocuparse por nada.

-Ya tengo a tu ‘guardián’-dijo sentándose en la mesa de la persona que tenía a mi derecha, sonreí como respuesta.

-Pero yo diría que es una célula- respondí al profesor con algo de sarcasmo, Anna me miró agradecida, Mary se levantó de su posición tumbada con una sonrisa pícara.

Porque si algo se nos daba bien a las dos para hacer en equipo era eso, poner en su lugar a los profesores.

Y mis ojos bicolor pusieron nervioso al profesor e instintivamente retrocedió un paso.

Simplemente perfecto, otro profesor que me ignoraría el resto del curso para no tener que vérselas conmigo... Bueno, por lo menos no nos trataría como a animales durante el resto del curso.

Después de todo, yo no soy una chica normal

-
¡Extra!

Toda bruja debe saber el significado de las rosas para saber cual elegir para su ceremonia y así obtener su nombre, por ello yo me informé antes de esta. Para que entendáis mi elección posterior es necesario que entendáis también sus colores


Significado de las rosas:



La rosa rosa significa /Felicidad Perfecta /Dulzura, Suavidad /Por favor, créeme...
Regalar una Rosa rosa es la forma, mediante flores, de agradecer un favor importante. También significa el aprecio que se tienen por alguien. El rosa lleva consigo el significado de ausencia de maldad, es decir, no hay ninguna doble intención en la persona que se las ofrezca. Por eso, la persona que regala este ramo de flores es de fiar.

Una buena opción para el ritual, ¿no creéis?






La rosa blanca significa /Pureza/ Guardar un secreto/ Inocencia/ Juventud /Te merezco...
Son el símbolo de la pureza y de la inocencia. Normalmente, es el color elegido por las novias para su ramos de flores el día de la novia porque significa que durará toda la vida.
Las rosas blancas también están unidas al amor. Una pareja que se regala este tipo de rosas quiere demostrarse que esperan un futuro sólido con ella. Significan amor puro, feliz y para siempre.
Además, si una persona cercana está enferma, este es el color de flor que deberá regalar para demostrarle que se está pendiente de ella.
mmm… quizás no sea la mejor opción, pero el blanco es un color bonito y representaría el secreto que mejor tengo guardado. Entonces... ¿debería elegir este color?






La rosa roja significa /Amor Pasional/ Te amo/ Felicidades/ Un trabajo bien hecho...
Las rosas rojas no sólo son símbolo del amor, un simple amigo se las puede enviar haciendo halago a la belleza y al respeto que los une.
Se trata de uno de los colores más excitantes y pasionales en una rosa.
Principalmente, las rosas rojas son el símbolo del amor, sobre todo los jóvenes enamorados las eligen para regalárselas a su pareja, pero también se pueden emplear como regalo a un amigo como muestra de respeto.

Si tuviera que declararme a alguien bueno, pero… la roja no sirve como ofrenda, ¿o sí?




Rosa Negra.

Significa separación y tristeza, muerte y nocturnidad.

Definitivamente no, ¿quién querría demostrar muerte?





Las rosas anaranjadas o coral significan "Deseo".
Es un color que simboliza joya alegría y la satisfacción para un éxito ya conseguido.
Es el color del fuego flameante ha sido escogido como señal de precaución. También a nivel sentimental expresa un amor ya consolidado y pleno.

Y aquí viene una de esas rosas problemáticas, los múltiples significados de la misma la hacen, por un lado una de las mejores opciones (alegría y satisfacción) y por otra un color el cual no debería tenerlo en cuenta ('precaución'… ¡no quiero asustar a mis antepasadas!)







Rosa Gris.

Significa desconsuelo, aburrimiento y vejez.

Al igual que la negra es otra opción que no escogeré











Rosa azul.
Significa confianza, reserva, armonía y afecto.
El azul es el color del cielo, por lo que transmite sentimientos de libertad y franqueza. Las flores azules son muy relajantes y tranquilizantes.
Si le regalas Rosas azules a alguien que se siente ansioso o nervioso lo ayudarás a sentirse más tranquilo.

Una buena opción, excepto por un problema: ¿Dónde encuentra uno una rosa azul?





La rosa amarilla significa /Regocijo /Felicidad /Me importas /Una bienvenida /Amistad /Recuérdame /Celos
Suele ser la rosa ideal para regalar a un adolescente.
Para los más supersticiosos, este color trae consigo una advertencia. Si la persona que las regala no es muy cercana, puede tener una segunda intención tras su sonrisa. Sin embargo, para la gente escéptica, las rosas amarillas significan satisfacción y alegría y son una buena forma de festejar entre amigos un cumpleaños o un día significativo.



La razón por la que Ari no me ha dejado elegir este color, a parte de la obvia razón de que ya tengo un lazo de este color, es que la rosa amarilla, con su significado de celos es muy problemática




Rosa lila.
El color lila representa seducción, deseo, es un color noble.

Las rosas lilas son muy femeninas, las cuales son perfectas como regalo para una mujer.

No voy a regalar una rosa pero su significado de nobleza es seductor (el cual es otro de sus significados…), creo que podría ser una opción.


Y vosotros, ¿cuál elegiríais?

(N/a: información sacada de: http://www.secretexpressions.com/flores.html; http://www.rosas.info/docs.aspx?idd=3; http://www.mundoflores.net/h-significado-color-rosas.html)

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