La historia que os voy a contar es tan secreta como imposible, tan mágica como increíble. Lo que os cuento ahora es la historia de mi vida.

Mi nombre es Claire y soy bruja, y sí, una de esas con hechizos y todo eso. Mis poderes no se manifestaron hasta que cumplí los trece años y ni que decir que desconocía mi gran ‘talento’ mágico que consiste en congelar el tiempo de las personas y romperlas en mil pedazos. ¿Espeluznante verdad?

Entonces, empecemos por el principio: vivo sola con mi padre en una pequeña casa de un solo piso de madera de arce algo alejado de las urbanizaciones del pueblo, tanto a mi padre como a mí nos encanta el campo y algo de silencio. Si os preguntáis por mi madre ella murió cuando yo tan solo tenía cinco años en un accidente en la ciudad y desde entonces el único pariente que me queda ha odiado la ciudad con toda su alma.

Yo era demasiado pequeña así que no recuerdo muy bien como pasó, solo sé que nuestro antiguo hogar sigue sin haber podido venderse.

Ahora soy lo suficiente mayor como para comprender que no todo es lo que parece. Tengo dieciséis años, y como todo adolescente tengo un gran secreto. Me gustaría decir que encontré una gran amiga/o de toda la vida o del colegio en quién confiar y que ahora me ayuda en mis… bueno, problemas mágicos. Sin embargo eso está muy alejado de la realidad, ¿de verdad alguien me creería? ¿No trataría de llevarme a un psiquiatra?

Por supuesto que un secreto así tengo que contárselo a alguien, y eso me lleva a mi primer ser mágico y amigo. Antes de que os explique quién y qué es debo deciros algo, porque como buena bruja (aunque aún novata) tengo un libro de hechizos donde apunto todo lo que aprendo y veo, inventó y encuentro (sí, como las embrujadas). Mi libro es uno de esos antiguos de tapa dura de color rojo gastado en el cual puedes añadir hojas, con cierres de cuero para mantenerlo cerrado:

(N/A: esta imagen no me pertenece y podéis encontrarla en: http://es.dreamstime.com/im-aacutegenes-de-archivo-libres-de-regal-iacuteas-libro-antiguo-rojo-cerrado-image12252259)

Y ahora, os explicaré con quién tuve el honor de encontrarme uno de los primeros días en que mi poder se manifestó: una sirena de tierra.

Sí, habéis oído bien, DE TIERRA. Como si no hubiera extrañas criaturas en nuestras leyendas aparece una nueva. Así que mi primera criatura mágica sobre la que escribí, fue esta:

(N/A: imágenes sacadas de un manga llamado ‘mermaid school’ que tiene la misma idea que yo os propongo aquí)

Si os estáis imaginando en estos momentos una manera increíble en la que arriesgué mi vida para obtener su nombre y ahora tenerla bajo mis órdenes…

Estáis equivocados. Recuerdo el día que nos conocimos, fue uno en el que por la mañana me había puesto tan nerviosa que mis poderes hicieron estallar todas las bombillas de la habitación en la que me encontraba, en ese caso, la cocina.

Me aliviaba saber que mi padre se encontraba trabajando, ¡haber como explicaba yo eso! Y tenía que dar las gracias de que el microondas o la nevera no hubieran saltado también.

La primera vez que fui consciente de mis poderes fue lo que los seres mágicos denominan 'Una noche en un día', es decir, un eclipse en el cual aquello que está oculto puede salir a la luz, lo que significa que era el día perfecto para que mi talento oculto apareciera. ¿Lo váis entendieno?

Una bruja tiene varias formas de obtener el poder que tiene por derecho heredado de su familia: rituales, pócimas, un momento de gran peligro (este no es muy recomendable, al parecer pocas brujas sobreviven incluso si tienen la ayuda mágica), y por hechizos. Que el sol se escondiera detrás de la luna es un hechizo natural del universo (y por eso las brujas lo aprecian y hay ceremonias y toda clase de festividades para estos casos) y por el cual yo me vi afectada sin darme cuenta.

No os podéis imaginar el susto que me di cuando sin querer congele a mi padre en el salón junto a una lata de cerveza cuyo contenido iba a manchar el suelo. No le dije nada y tampoco pareció darse cuenta, aquella misma tarde corrí a mi cuarto en busca del 'diario-historias' de mi madre, un lugar donde escribía increíbles historias y momentos de su vida, el objeto más preciado que poseía. Busqué con rapidez una de las muchas hojas que había releido con avidez varias veces desde su marcha y tan solo encontré una pequeña anotación que levantó mis sospechas:

Las brujas pueden poseer ddistintos poderes que pasan de generación en generación dependiendo de la rama familiar, además de sus hechizos. Un gran ejemplo es el poder de congelar el tiempo o incluso de aumentarlo hasta tal punto que el objeto sometido se destruirá.

Bonitas palabras, ¿verdad? Sí, muy alentadoras. Saber que podía matar 'sin querer' a alguien hizo que la pecera de mi cuarto se hiciera añicos y el suelo se inundara. Como es normal, mi padre se espantó y desde entonces no tenemos mascotas cuyas jaulas puedan hacer tanto daño.

Mi padre, por otro lado, se llama Rick y siempre le he llamado por su nombre porque se sentiría extraño dejar de hacerlo… no sé, supongo que son manías. Trabaja en la industria de calzado en algún cargo importante pero no tengo ni idea de en qué, nunca se lo he preguntado.

Pues volviendo al momento del que os hablaba, yo me encontraba tranquilamente barriendo los cristales del suelo y pensando la buena impresión que daría llegando tarde el segundo día de clase cuando un ruido extraño me hizo levantar la vista de las baldosas que recubrían el suelo. No encontré nada a simple vista pero me puso nerviosa otra vez, traté que mis emociones no me provocaran otro desajuste en mis poderes no obstante el ruido volvió a sonar.

-Squee-sonó en el cuarto de baño mientras un grifo se abría. Sabía que Rick no habría vuelto, él nunca se saltaba su trabajo ni para volver a por algo que se había olvidado (tampoco es que le hubiera pasado nunca pero…)

Sin hacer ruido traté de acercarme a la habitación en la que ahora se oía a alguien tarareando y abrí la puerta del baño tan silenciosamente como me fue posible para mirar dentro.

Y ahí me encontré el caso más extraño hasta el momento, una joven de dos o tres años mayor que yo, con un bañador azul metiéndose en el agua, solo veía su espalda y su cabello corto todo mojado. Me limité a mirarla con una ceja alzada y la boca abierta, iba a decir algo cuando estudié la escena algo más a fondo: aquella chica no se ‘metía’ en la bañera… ¡La estaba atravesando como si fuera agua! Y yo y mi bocaza no pudimos callarnos.

-Pero qué…-pos supuesto eso ni siquiera lo susurré, muy hábil de mi parte, y la joven se dio la vuelta a la velocidad del rayo. Si os digo que al ver su cara casi me desmayo, creerme, no estoy bromeando, porque ver en alguien unos ojos tan negros como el petróleo, sin iris y pupilas diferenciables, todo el globo ocular del mismo color, si no estás acostumbrado a lo más extraño el momento te superará.

Así que salí corriendo a trompicones para llegar a la cocina y quizás coger un cuchillo cuando ella me encontró y cayó encima de mi tirándome al suelo. La distancia entre la cocina y el baño no es muy grande, tan solo un corto pasillo que te lo recorres en tres pasos, pero hay que zigzaguear para poder llegar… y si atraviesas las paredes y vas en línea recta es normal que tardes menos.

Y ahí la tenía yo con el cuchillo sobre mi cuello, el que pretendía usar yo por cierto, apretaba los dientes en una mueca de completo odio. Levantó la mano empuñando su arma lista para asestarme el golpe final cuando yo, con mis nervios, hice explotar prácticamente todos los vasos (recién lavados) del fregadero.

Eso la desorientó un poco y desvió su mirada bajando lentamente el cuchillo pero sin soltar el agarre de mi cuello. Tras unos segundos en los que escuché mi corazón latiendo en mis oídos como si se tratara de un tambor volvió la vista a mi cara y entrecerrando los ojos negros dijo:

-¿Eres bruja?-su voz sonó sorprendentemente normal, yo asentí con la cabeza sin estar segura de lo que decía.-Dónde está tu maestra.

-No tengo-volvió a mirarme y temí que creyera que había contado una mentira.

-No tienes-repitió levantándose y dejando el cuchillo sobre la mesa-¿Por qué?

-Bueno, creo que mi madre era bruja… pero murió antes de que pudiera decirme nada-todo eran suposiciones sin embargo ella asintió pensativa.

-¡Vaya!-su voz sonó bromista y una sonrisa apareció en su cara-Y yo que me aburría.-se dio la vuelta y me miró directamente con esos ojos extraños-Lo he decidido-se acercó a mi y cogió mi mano derecha entre las suyas-Yo seré tu maestra.

Cuando volvió a soltar mi mano noté una sensación de hormigueo extendiéndose por mi mano y una marca quedó grabada a lo largo del interior de mi muñeca y parte de mi mano:

¡Extra!

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Vale, necesito saber que tal se ve y todo eso ^^
La historia tiene futuro? xD
Si sigo quizás luego avise que en algun que otro capitulo cambio escenas un poco o cosas así ^^
Gracias por leer!